Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título.¿Te gustaría decírselo a alguien?¿Serías capaz de decírtelo a ti mismo?Y lo más importante: ¿te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela.Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a que nunca lo habías oído?), que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos... Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido y, sobre todo, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver... Pero mejor no te lo contamos porque te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacía tiempo queno disfrutabas.
Me apunté al mes temático del humor que organiza Laky y me
propuse leer un libro que tenía pendiente desde hace un año, No culpes al karma
de lo que te pasa por gilipollas.
¡Vaya título más divertido! La verdad es que sabía que había
gustado mucho, pero la verdad es que no imaginaba lo que me podría encontrar
dentro y ha sido una verdadera sorpresa… y muy agradable, además.
La historia nos la cuenta en primera persona Sara; la
historia empieza cuando ella tenía 17 años: estaba
completamente enamorada de un chico, pero las cosas no salieron como ella
hubiera querido, aunque todo eso la dejó marcada. Pasan los años y nos
encontramos con Sara algo más asentada: con casi 30 años, novio y con un
trabajo de lo más extravagante y pintoresco: es plumista, así visto es un poco
extraño pero lo que realmente hace son trabajos con plumas: tocados, pajaritas,
vestidos… un trabajo muy meticuloso que requiere de mucha imaginación y
dedicación. Tras esto, su vida se derrumba cuando parte de su familia se tiene
que ir a vivir a su casa, y aquí empezará la torpe y alocada aventura de Sara.
Es una historia francamente divertida. Jamás me había pasado
de ponerme a reír a carcajadas, esta novela lo ha logrado… tener que parar de leer
porque las escenas que me relataba Sara eran de lo más surrealistas y de los más
divertidas. Hay unas cuantas que eran un no parar de reír. Es cierto que la
mayoría fue al principio, luego las risas se fueron apagando y se convirtieron
en meras sonrisas, pero a pesar de ello es un libro enteramente entretenido,
divertido y muy anecdótico.
El ritmo es muy ágil: tiene unos capítulos un poco largos,
pero al ser narrados por la propia protagonista nos tendrá en vilo y en
completa concentración y totalmente enganchados. Al ser narración sencilla y fluida en primera
persona necesariamente conoceremos bien a la protagonista. Nos reflejará su
angustia, sus inseguridades y todas sus dudas sobre su actual familia, su
actual novio, su actual trabajo, por tanto las dudas que tiene respecto a su vida…
Es una protagonista muy real, muy de la calle donde le van pasando muchas,
demasiadas, cosas juntas (eso sí), pero sinceramente es una mujer normal y por
eso le cogí cariño desde el minuto uno. Te metes en su situación y sabes que
muchas veces harías casi lo mismo.
Debo decir que el final me ha gustado mucho, como sabes
que terminará un libro de este tipo… pero no me ha gustado como ha llegado a
ese punto. Hay cosas que pasan muy rápido, escenas algo exageradas y personajes
muy poco creíbles y poco reales en un libro tan real como la vida misma. Ese
es el único fallo que le veo al libro… el resto es francamente fantástico.
En conclusión, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas es un libro de humor muy original que engancha a la primera tanto por la protagonista como por la narración. Un libro lleno de anécdotas, de risas aseguradas y de momentos tiernos y emotivos. Un libro muy realista que nos cuenta la vida de una familia y todo lo que sucede en ella. Un libro para pasar un rato muy entretenido, agradable y jocoso.