El templo de la lectura: El carbonero

El carbonero

Carlos Soto Femenía

Ed. Destino

288 págs

En un pequeño y tranquilo pueblo de la Mallorca rural, a los pies de la Sierra de Tramontana, Marc y su padre pasan meses entre pinos y encinas, en absoluta soledad, con la única compañía del otro. Rodeados por el silencio y la belleza de la montaña, viven atentos al constante proceso de la quema de las encinas, sacrificando el sueño y otras necesidades en una especie de vigilia sin fin. Así es la vida del carbonero: una existencia a medio camino entre la realidad y la ensoñación.

Pero ese remanso de paz queda truncado el día que la muerte irrumpe, inesperada y brutal, en las vidas de Marc y su padre, arrebatándoles de manera violenta a uno la madre y al otro la mujer.

Con una voz serena, por contraste con las angustias que explica, Soto Femenía se erige como un sólido narrador. Su tranquilidad sostiene un relato crudo y violento en el que nos encontramos con un protagonista que tendrá que afrontar el dolor por la muerte demasiado temprana, y, después, la sed de venganza al alcanzar la madurez y tomar consciencia de que la tragedia y la injusticia vital se sirven de todos nosotros sin preguntar.

Estamos sin duda ante una nueva vuelta de tuerca dentro de la narrativa del más alto nivel: un drama rural con fondo criminal que calará en lo más hondo del ánimo del lector gracias a la minuciosidad y delicadeza de una historia enmarcada en un entorno y un paisaje únicos.

Desde que vi una foto en Instagram y después las geniales opiniones que dejaba este libro no he podido dejar de pensar en él, El Carbonero.

Esos libros que ves en todos los lados y que te apetece leer sí o sí. Con esa portada espeluznante te llega y te marca. Un libro que lees en un pispas. No puedes dejar de pensar en él después de haberte metido esa sensación de rabia contenida y de sosiego a la vez. Un libro que contrapone puntos opuestos y el autor lo hace tan bien que aplaudes más y mejor su trabajo.

El Carbonero nos cuenta la historia de Marc. Tras la muerte de su madre nos sumergiremos en los bosques mallorquines de Caimari a la espera, a la vigilia o a la visualización de sueños impredecibles. Marc no olvida la atroz y salvaje muerte de su madre a cabo de un asesino desconocido, tras 7 años de agonía y desasosiego por el desconocimiento, Marc sigue con el tesón en conocer y encontrar la verdad. En esos siete años, Marc ha ido guardando el odio, la rabia y el sueño por hacer valer su venganza: además de perder a su madre, también ha perdido a su padre y todo su futuro: el padre de Marc tras este trágico suceso ha cambiado, no es el mismo, ya no habla, ya no se comunica con nadie excepto con la naturaleza y con su trabajo. Sigue realizando excelentemente su trabajo como carbonero, y a pesar de no comunicarse con las personas, sus allegados (Marc, Aina, Joana) saben que sigue aquí con todos.

La historia de El carbonero es naturaleza y salvajismo en estado puro: nos relata la naturalidad del ser humano al seguir viviendo y la confrontación con la brutalidad que dicta nuestro corazón. Una historia retorcida, pero muy ágil y adictiva. Siguiendo la dualidad opuesta de caracteres nos encontramos con escenarios pacíficos como es el bosque y la soledad de uno mismo, y como ese mismo páramo de paz se convertirá en inquietante y que nos estremecerá a cada paso del carbonero. Un ambiente que atormenta, que nos oscurece el corazón y que a la vez nos alumbra y nos serena. Además, de unir la realidad y los sueños, sin saber muy bien en qué momento nos encontramos. Contrapuestos que nos dejan en shock.

La prosa del autor es excelente, muy directa sin florituras, con frases muy cortas en casi toda la novela que dinamitan la lectura: la hace eléctrica y profunda a la vez. Usa unas descripciones excelentes que hará que viajemos en el tiempo y al lugar escogido: parajes recónditos en Mallorca. Realmente la ambientación es espeluznante, muy tétrica y evocadora; yo me sentía muy turbada leyendo línea tras línea y pensando que algo estaba por ocurrir. Además, el autor retrata eficazmente el oficio y posterior trabajo de nuestro protagonista, la del carbonero: la subida al monte, la recogida de madera, la construcción de la sitja, las horas muertas esperando sin apenas dormir y la conclusión final, la obtención del carbón.

En relación a los protagonistas a pesar de la corta extensión del libro y a la rápida acción de la historia, hay un completo trabajo de los personajes: claroscuros la mayoría, muy veraces y especiales, muy acordes a la época en que se basa la historia. El autor ha sabido mezclar y encajar corazón y cerebro a la perfección, personajes llenos de pasión, terrores y certezas.

Una historia poco común que nos hace coger el libro y no poder soltarlo: sabemos qué va a pasar, pero no sabemos cómo va a terminar. Aquí radica mi pero: esperaba una explosión final, pero ha sido un final más comedido, más llano, más fácil de entender. Un noir negro rural diferente y estremecedor que te lleva a parajes oscuros, de soledad y de reflexión y de pensamiento interno continuos. Me ha dejado con la boca abierta y en shock, una historia francamente excelente.

En resumen, El carbonero es un noir rural lleno de acción, venganzas y reflexiones. Una novela que sobrecoge por su historia cruel y cruda, y por la forma de narrar los hechos tan viva, visual y tan arrolladora. Un libro y una historia hipnótica, salvaje y totalmente asombrosa. Un libro que se lee solo, y que recomiendo leer sí o sí.