El templo de la lectura: Prometo perder

Prometo perder

Pedro Chagas Freitas

Plan B, 2017

420 págs.

Serie: Autoconclusivo

Sinopsis

El que ama siempre gana.
Prometo perder es una novela fragmentada sobre el amor en todas sus formas y con todas sus consecuencias. Un best seller internacional.
Todos somos imprevisibles ante el amor.
Todos estamos dispuestos a ganar.
Pero sabemos que podemos perder.
En el amor se gana, se pierde, se goza, se sufre, se vuela...
Vuela con Pedro Chagas Freitas, el autor que ha conseguido enamorar a medio mundo.

Opinión

Cuando vi este libro por primera vez me gustó su sinopsis y su portada. Realmente no sabía qué me iba a encontrar hasta que leí las primeras páginas y me di cuenta de lo que realmente tenía en mis manos, una auténtica maravilla, Prometo perder.

Voy a hacer una reseña diferente para un libro como este. No es una novela tal cual, es un compendio de historias, reflexiones, frases, temas donde el amor en todas sus facetas es el protagonista real. Pero no se queda solo en el amor de pareja, de sexo o en el amor entre amigos, si no en el amor entre padres e hijos, a los animales… incluso hay temas tan interesantes como la diferencia entre la edad mental y la física, el miedo y los obstáculos que no nos dejan avanzar, el deseo más puro, el placer en todas sus vertientes, el dolor y el odio, la superación de las cosas, a desechar a parte de esta sociedad tan inhumana, a no tener miedo a llorar, a reír, a soñar… no falta ningún detalle y os aseguro que es una verdadera delicia.

Pedro Cagas Feitas ha conseguido reunir unos pensamientos llenos de rabia, de drama, de amor, de dolor, de anhelo, de sinceridad, de sueños… resumiendo llenos de emoción que al lector nos llega en forma de líneas cortas, párrafos medianos, o mini-historias de dos o más páginas. Con una voz narradora diferente: hombre, mujer, niño, abuelo… en forma de poesía, de cuento, en forma de diario, de diccionario, de cita… aborda temas actuales, algunos muy sensibles y delicados, todos muy diferentes y a la vez iguales y que transmiten en el lector diferentes emociones.

Obviamente son tantos, que todos no pueden gustar. Pero todos ofrecen un pensamiento o una filosofía en el lector y que nos ayuda a enfrentar nuestros problemas cotidianos. Ya que Pedro intenta, o eso intuyo, a ayudarnos a superar nuestros miedos, a enfrentarnos a nuestros anhelos más profundos, a desnudar nuestros sentimientos y dejarlos fluir. A conocernos mejor, a saborear la vida, saborearnos a nosotros mismos, y disfrutar del amor y no dejar de ser niños, de soñar o de vivir.

De una manera poética, muy intimista, compleja en algunas ocasiones, el libro se convierte en un regalo. Un regalo de vida, de disfrute, todo ello para pensar. Ya que muchos de esas reflexiones se quedan en nosotros, se sentirán muy nuestras, casi traspasarán nuestra piel, y pensaremos, ¿cómo ha llegado tan profundo este autor? ¿cómo puede conocer algo tan escondido, tan secreto? Porque lo hace desde el corazón, y por eso transmite tanto y lo hace de forma sencilla, directa y lleno de sensibilidad. Me ha encantado leer este libro. Lo he leído lenta, disfrutando cada momento, cada palabra, y es la mejor manera de disfrutar este libro: de forma pausada, leyendo poco a poco cada reflexión y pararnos a pensar, a dejarnos fluir por esa corriente de sabiduría, de confort, de reflexión de Pedro. Es el regalo perfecto e inequívoco para cualquier adulto, una lectura placentera y emocionante, llena de pasión y que disfrutaremos sin dudar.

⇓⇓ [Os dejo con un relato, el que da título al libro] ⇓⇓

Prometo perder.

Prometo a veces flaquear, a veces caer, a veces ser incapaz de ganar. No siempre conseguiré ganar, no siempre conseguiré ir por delante. No siempre seré capaz de ir tan lejos como tú me pidas, de darte exactamente merecerías que te diese. Lo que desesperadamente te quiero dar. No siempre conseguiré sonreír, tampoco.

Prometo perder.

Prometo además seguir vivo después de cada derrota, resistir el peso insostenible de cada imposibilidad. Habrá momentos en que sin querer te haré daño, momentos en que sin querer hurgaré en la herida. Pero no desistiré solo porque perdí, no pararé solo porque es más fácil, no cederé solo porque duele construir, eso nunca.

Prometo perder.

Porque solo quien ama corre el riesgo de perder; los demás corren apenas el riesgo de continuar perdidos.

Prometo perder.

Porque solo quien nunca ha amado nunca ha perdido