Jazz Café - J. Sánchez Vázquez

Jazz Café

J. Sánchez Vázquez

Ed. Almuzara

480 págs.

Un asesinato en un mísero callejón de la califal ciudad de Córdoba. El cadáver de un crítico de arte con fama mundial. El detective Epicuro Salvatierra, Salva, recibe el encargo de la investigación de parte de la pareja sentimental del asesinado. Un extraño símbolo marcado a punta de navaja en el pecho del cadáver sugiere la participación de alguna secta, pero datos filtrados desde el Instituto Anatómico Forense reorientarán las pesquisas. La víctima recibió una paliza brutal antes de su muerte y un instrumento empleado en el apaleamiento fue un objeto forrado de piel curtida. La conversación casual con una amiga de origen ecuatoriano hace recordar a Salvatierra un asesinato anterior. El cadáver también apareció con el vientre rasgado y símbolos crípticos de sesgo neonazi. El detective consultará diversas fuentes, incluido Esteban Ibarra, y se abrirá al fin una vía clara para la investigación: el submundo violento de la ultraderecha. Sin embargo, del Anatómico Forense llega un nuevo dato que trae de nuevo confusión: el asesinado no recibió una paliza antes de morir, sino dos, en un periodo de dos a tres semanas. Y, pese a esto, la muerte no fue provocada por estos ataques sino por un infarto inducido con una sobredosis de efedrina, estimulante utilizado como doping en pruebas deportivas.

Fue uno de esos libros que te llaman la atención por la portada: una fotografía con un potente y significativo símbolo que databa a la historia de algo más que una novela negra, Jazz Café.

A pesar de conocer Córdoba, no he podido disfrutar tanto esta novela porque las calles y los lugares que se comentan no son los típicos turísticos. A pesar de ello, el autor ha ideado una obra muy realista, muy detallada y realmente adictiva.

Todo comienza cuando nuestro protagonista, Epicuro Salvatierra, un detective desapasionado con la vida y las gentes, recibe un encargo distinto a lo habitual: intentar descifrar el asesinato de un joven homosexual y, por tanto, descubrir al asesino. Esta investigación le dará más de un quebradero de cabeza ya que no encuentra nada por dónde tirar. Pero gracias a su abogada (e inusual compañera de aventuras y de romance) empezará a sacar a la luz varios oscuros casos de corrupción o incluso de grupos violentos organizados.

La verdad es que la novela está cargada de realismo puro y duro: en cuanto al lenguaje usado es simple, llano y de la calle; aunque debo decir que como tenemos a un protagonista culto, a veces usa un lenguaje recargado y difícil, pero solo lo utiliza en el diálogo cuando empieza a relativizar con su filosofía (sí, nuestro prota es un licenciado en filosofía asqueado del mundo de la enseñanza y de las personas en general). Y también es muy realista por todo lo que nos cuenta: un realismo crudo en cuanto a todo lo que hay bajo una ciudad moderna: grupos organizados radicales, personas influyentes relacionadas con trabajos nada legales o simplemente como trascurre la vida de un homosexual, inmigrante o cualquier persona que sea “distinta”.

Es una novela llena de acción, comedida eso sí: no dejan de ocurrir cosas y de tenernos en vilo por saber quién está detrás de todo. También hay un toque de humor muy ácido por parte de Salvatierra que dará ese toque irónico y magistral a la novela. Obviamente es una novela negra al uso: veremos linealmente como transcurre la investigación por parte de nuestro detective de un asesinato (que solo conoceremos después, nunca antes) y que será el origen y el fin de todo. Veremos cómo poco a poco se va desengranando cada asunto y que luego dará origen a un todo bastante bien hilvanado (aunque quedan asuntillos por resolver).

Me ha gustado mucho, me ha mantenido en tensión constante y con una sonrisa permanente en la boca con ese toque irónico que hay en toda la novela. Es un libro muy fácil de leer, nada pesado que aunque el final me ha parecido distinto a lo que suelo leer en novela negra me ha parecido original y bastante único. En referencia al título me parece muy acertado que se use un lugar (real), el Jazz Café, donde empieza y acaba todo.

En resumen, Jazz Café es una novela negra con acción, con un toque de humor ácido que te mantendrá en tensión por averiguar quién ha matado a quién. Una novela cargada de realismo social con unos personajes muy reales y auténticos y de la calle. Una verdadera obra que descubre el bajo fondo de una ciudad llena de corrupción, mafias y grupos violentos. Una novela bien ejecutada y bien hilvanada que nos descubrirá la imagen de una Córdoba distinta. 

Gracias a la editorial por el ejemplar