El último verano de Silvia Blanch
Lorena Franco
Planeta, 2020
320 págs.
Serie: autoconclusivo
Sinopsis
Un amor prohibido siempre arrastra mentiras.Un crimen siempre deja huellas.
La última persona que vio a Silvia Blanch, desaparecida sin dejar rastro el verano de 2017, está muerta. Silvia era joven, guapa y estaba destinada al éxito. Alex, una joven periodista, será la encargada de ir hasta el pueblo de Montseny, donde vivía Silvia y donde se le perdió la pista, para hablar con su familia y escribir un artículo cuando se cumple un año de la desaparición.
Una vez allí, empieza a desempolvar todos los detalles de la desaparición en busca de respuestas. Rodeada de secretos y mentiras, no tardará en notar que su presencia molesta a los habitantes del pueblo. Sobre todo a uno de los principales sospechosos, por quien Alex se sentirá irremediablemente atraída a pesar de lo que parece esconder.
Con una escritura vibrante y en una novela donde nada es lo que parece y en la que todos mienten, Lorena Franco nos acompaña de la mano a lo más profundo del bosque con El último verano de Silvia Blanch.
Opinión
No había leído nunca a Lorena Franco y este año me apetecía leer algo de ella.
Había leído muy buenas críticas de su anterior novela y con este nuevo título me
he animado por fin, El último verano de Silvia Blanch.
Silvia Blanch desapareció hace un año. No ha vuelto a
aparecer, y la policía no sabe nada, ni tiene ninguna pista fiable. Detuvieron a su primo por no tener coartada, pero al poco tiempo le dejaron libre por falta de pruebas. La última persona que la vio fue una mujer
que ahora está muerta por lo que el caso está en punto muerto. Nuestra protagonista, Alex, es periodista y la mandan cubrir el caso un año después. Tiene una
entrevista concertada con la familia, y su jefe le ordena acudir al pueblo donde
desapareció y crear un reportaje jugoso para el periódico. Allí, Alex comienza una investigación por su cuenta y riesgo, comenzando una
obsesión malsana por conocer el paradero de Silvia: ¿huyó de todo o alguien
cercano ha podido matarla? Y lo más importante, ¿dónde está?
Esta historia es terriblemente adictiva. Con una prosa muy hábil
uniendo el diálogo con las descripciones justas y necesarias consigue un ritmo
notorio y una gran ambientación: escrita con capítulos cortos, muy ágiles y
narrados de forma acertada consiguiendo una lectura trepidante y absorbente. Los
capítulos son narrados mayoritariamente por Alex en el presente contándonos los
hechos y la investigación que lleva a cabo; otros son narrados por Silvia,
desde el pasado y unos días antes de su desaparición nos narra los últimos pasos
que dio antes de desaparecer; y por último, tenemos unos capítulos sueltos
narrados en tercera persona donde básicamente son diálogos de terceras
personas creando mayor sugestión si cabe. Todo esto consigue que la intriga aumente y el suspense se dispare, ya que
hasta el final no podremos adivinar, para nada, el final que nos depara la
autora.
La atmósfera que ha creado la autora en el pueblo es
esencial para transmitir esa sensación de incertidumbre, de dudas y sospechas: todos guardan secretos, todos mienten y todos tienen miedo a
descubrir realmente qué ha podido pasarle a Silvia. A pesar de ser una novela
corta y rápida la autora ha dado el punto justo a todos sus protagonistas,
sobre todo a los dos personajes más importantes, Silvia y Alex. Estas dos
tienen ese punto de perfilado perfecto, pero donde caben muchas dudas en ellas.
Las conocemos, sabemos mucho sobre ellas, pero de algún modo la autora crea ese
halo de misterio en las dos, sobre todo en Silvia: un personaje con muchas sombras y a la que finalmente conoceremos bastante. Los otros personajes nos crean muchas sospechas ya
que vamos a sospechar de todos: de la madre, del padre, de la hermana, del
primo, del novio, del vecino… todos y cada uno de ellos, a medida que avanza la
trama, parecerán sospechosos de algo, y en cada página entenderemos que puede ser cada uno de ellos el culpable de la desaparición de Silvia, pero no sabremos de verdad quién está detrás de todo, o
si es Silvia quién ha creado todo este embrollo.
Una trama que me ha tenido totalmente entregada a la novela:
tenemos intriga, pasiones desenfrenadas, acción y muchos secretos familiares que despertarán
odios y más mentiras y secretos. Desde que empecé hasta que terminé no pude
parar de leer y es que apenas me duró tres días: un libro ameno, muy entretenido, de fácil enganche y sobre todo bien desarrollado. No
he encontrado ningún punto negativo, aunque si tengo que encontrar alguna pega (para que la autora consiga la excelencia en su próxima novela),
sería el no encontrar a la policía en ningún momento: creo que hubiera tenido un
mayor sustento, más base, más profundidad, y con ello conseguir un thriller perfecto. El último verano de
Silvia Blanch es realmente un thriller, un devora-páginas total, que nos va a
sorprender en su recta final y que nos tendrá en vilo hasta el minuto final. Una
novela híper-recomendable y que me ha encantado.